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Pelayo Covarrubias participa de EnlightED : Las habilidades humanas serán la llave de los profesionales para afrontar la era digital

  • Los avances en inteligencia artificial sugieren que determinadas cualidades, como la creatividad o el pensamiento crítico, pronto serán lo único que distinga a las personas de las máquinas, lo que supone un gran desafío para las instituciones académicas. 

(7 de octubre 2018) Hay una frase que el futurista y escritor Gerd Leonhard repite con frecuencia durante esta mañana: «La ciencia ficción se está convirtiendo en un hecho». Y eso, cuando se trata de educación, importa mucho, dice Leonhard. «Hoy las máquinas pueden hablar, ver y aprender. Y si ellas pueden hacer todo eso, ¿qué tenemos nosotros para ofrecer?», reflexiona.

Según comenta, estudios indican que el 60% de los trabajos actuales podrían ser reemplazados por la inteligencia artificial; a la vez que el 70% de los empleos del futuro aún no se han inventado. «Pero si tenemos alumnos creativos, apasionados y con capacidad para pensar críticamente, tendremos profesionales con herramientas que una máquina jamás va a tener. Ese es el futuro de la educación: desarrollar las habilidades que ellas no tienen, es decir, ser más humanos».

El tema fue el foco de varios debates durante la cumbre mundial de educación EnlightED, que se realizó esta semana en Madrid y que reunió a más de cuarenta expertos mundiales en formación académica y del mundo empresarial. El evento fue organizado por la Fundación Telefónica e IE University.

A prueba de robots

Para Joseph Aoun, presidente de la Northeastern University (EE.UU.), la llave de los profesionales para enfrentar los desafíos de la era digital «es convertirse en personas a prueba de robots». Para lograrlo, el académico concuerda en que es necesario cultivar las habilidades que distinguen al ser humano. «Podemos comprender, podemos crear, podemos emprender y esto significa que podemos crear cosas de la nada», dijo Aoun durante su presentación.

«Actualmente, no podemos saber si nuestro trabajo va a ser reemplazado. Podemos proyectar que los enfocados en la rutina son los que están en mayor riesgo, pero no tenemos la certeza de qué empleos podrían desaparecer y eso significa que tenemos que educarnos en lo que nos hace únicos, de lo contrario nos convertimos en víctimas», añadió.

Bajo este escenario, las universidades tienen el desafío de reinventarse, comentó Pelayo Covarrubias, presidente de la Fundación País Digital y director de la Universidad del Desarrollo (Chile), quien fue invitado al evento.

«La capacidad de pensamiento crítico, de comunicar o de ser creativo hoy son elementos fundamentales, y las universidades tendremos que ir viendo cómo las desarrollamos en los estudiantes en conjunto con el mundo empresarial», comentó.

«La capacidad para innovar tiene que ver, principalmente, con habilidades blandas, como saber relacionarse con otros, inventar y reinventar», agregó Covarrubias durante su intervención, la cual compartió con el rector de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan Romo, quien sostuvo una postura muy similar. «Necesitamos humanizar la digitalización. Es esencial formar en humanidades a quienes van a trabajar en el futuro. Un ingeniero o un médico también va a necesitar enfrentarse a temas de otras áreas, como la ética de la tecnología, y para eso se requiere formación», indicó.

Para José Escamilla, director de innovación educativa del Tecnológico de Monterrey, en México, se trata de herramientas tan importantes para el futuro que deberían dejar de llamarse «blandas». «La capacidad de argumentar, por ejemplo, es algo difícil de automatizar y será clave en los próximos años. Creo que las universidades no estamos dando una respuesta a la pérdida de empleo que se espera por la automatización y ese espacio lo están ocupando las empresas de tecnología».

Un ejemplo, dice, es la compañía mexicana Metalsa, la cual anunció el año pasado que ya no se fijaría en los grados para reclutar personal, porque finalmente debían capacitar a todos los postulantes en las habilidades que requerían y que no aprendieron en la universidad.

En cambio, comenta Escamilla, decidieron contratar a recién egresados de la educación media para prepararlos con cursos en áreas como innovación y creatividad.

Recientemente, el buscador de empleo Glassdor dio a conocer que otras empresas, como Google y Apple, tampoco exigen un título universitario para otorgar un puesto de alto rango.

«Las universidades vamos a perder el monopolio de entregar credenciales», dijo Escamilla.

Aoun también es autocrítico al respecto. «Nosotros (la academia) queremos cambiar el mundo, pero no queremos cambiar nosotros mismos. La universidad se ha convertido en un lugar para hacer redes y para tener un aprendizaje basado en la experiencia y en el contacto con el otro, no solo para buscar conocimiento. Eso ya está en todos lados», puntualiza.

Fuente El Mercurio: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=510910